Historia de Raspay

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Los primeros apuntes sobre la historia de Raspay datan de 1855 cuando el recién ordenado sacerdote D. Antonio Ibáñez Galiano pidió al Obispo de la Diócesis de Cartagena que lo destinara a un lugar donde nunca antes hubiera ido otro párroco, con el fin de conocer de primera mano la realidad del mundo rural. El lugar elegido fue Raspay, única pedanía perteneciente al municipio de Yecla.

El historiador D. Miguel Ortuño recogió el testimonio de los más ancianos que relataban que cuando los niños vieron aparecer por las calles de la pedanía a un señor con sotana exclamaron: «¡un hombre con faldas!». Era la primera vez que veían un sacerdote.

Antonio Ibáñez Galiano (el Cura Ibáñez) Obispo de Teruel y primer sacerdote de Raspay
Antonio Ibáñez Galiano (el cura Ibáñez). Obispo de Teruel y primer sacerdote de Raspay.

D. Antonio, que años más tarde sería nombrado Obispo de Teruel, y conocido como el Cura Ibáñez, se encargó de la rectoría de la pedanía durante dos años, oficiando misa quizás en una ermita anterior a la construcción de la actual iglesia. Conoció un entorno rural más valenciano que murciano en una zona bastante aislada del resto del mundo.

Por qué en Raspay se habla valenciano

 El historiador Fausto Soriano en su libro «Historia de Yecla», sostiene que en Raspay se habla valenciano debido a que tras la reconquista, los cristianos que se asentaron en ella eran de origen catalán-aragones. Además la pedanía se encuentra situada a tan sólo seis kilómetros de Pinoso, municipio perteneciente a la Comunidad Valenciana, en cambio dista 23 kilómetros de Yecla. En la división territorial de 1833 quedó unida a la localidad murciana, pero se continuó hablando valenciano.

Dos figuras clave en la Historia de Raspay

En primer lugar aparece Pedro Alcántara del Portillo y Ortega, nacido en Yecla en 1835. Destacaba por su gran generosidad. Entre otras cosas, colaboró económicamente en la fundación del periódico ‘La Verdad’. Tenía muchas posesiones en la zona de Raspay y en 1904 edificó su Iglesia, dedicada a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Estableció además, una comunidad de monjas salesianas en el convento construido junto a la iglesia y ya desaparecido. Al marcharse a Madrid dejó a cargo al sacerdote Cosme Soriano Ortuño y donó 40.000 pesetas para edificar dos escuelas.

El otro hombre importante para Raspay fue Ricardo Yáñez Sánchez, un agricultor que fue alcalde de la pedanía durante 28 años. Logró el asfalto de la carretera, la luz eléctrica, el teléfono y el depósito de agua potable. Falleció en 1974 y por petición popular fue sustituido por su hijo Francisco Yáñez Rico. En 1976 se erigió un busto de Ricardo Yáñez en el centro de la plaza mayor, que lleva su nombre.

Vivir en Raspay

La agricultura es el medio de vida de los raspaleños, principalmente vid, olivo, cereal, almendra, melocotón y albaricoque.

En la actualidad Raspay cuenta con poco más de cien habitantes, que conviven en plena naturaleza, a los pies de la Sierra del Carche, lejos de ruidos, contaminación y estrés. Muchos vecinos marcharon buscando otro medio de vida y solo regresan de visita. Sin embargo, otros han hecho de Raspay su hogar. En los últimos años comenzaron a instalarse residentes de origen anglosajón y continúan llegando a esta tierra, que como dice el himno a sus santos patronos, en Raspay: «encuentra el alma sosiego, en un remanso de paz, como antesala del cielo».

Vía que une los dos barrios de Raspay
Vía que une los dos barrios de Raspay
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